
La inteligencia deportiva es una tendencia emergente en el deporte contemporáneo. Este concepto no se refiere a la inteligencia emocional, a las inteligencias múltiples, ni está relacionado con el coeficiente intelectual. En cambio, se centra en la capacidad de comprender el contexto deportivo, incluyendo las reglas, normas, la interpretación de situaciones y la toma de decisiones en consecuencia, así como la adaptación a las capacidades individuales de cada deportista.
Esta forma de inteligencia debe entenderse como un proceso que abarca varios aspectos: la preparación, la capacidad de enfocar la atención y los pensamientos, la motivación, la relajación y la resiliencia. Todos estos elementos se pueden entrenar y potenciar, tanto en deportistas de alto rendimiento como en personas que practican deporte de manera aficionada o recreativa.